Soy otra loca del 74.
Nací cuando todo estaba a medias.
Existían los dos rombos y el escándalo se vestía de minifalda, y crecí saltando a la goma como tantos otros niños, hasta que me sorprendieron las cartas con acuse, los besos robados en la última calle después de bailar a media luz, y siendo pecado capital llegar a casa más tarde de las doce.
Con los años, empecé a darme cuenta de que mi mundo crecía en paralelo al del resto, que me faltaba el aire y me sentía un animal metido en una jaula con hambre de más mundo. Todo tenía techo y yo quería ver el cielo abierto.
Escribía y dibujaba entonces, en un intento por escaparme por aquella ventana que daba a la imaginación y apareció, en forma de regalo, mi primera cámara pasados los veinte.
Desde entonces, a través de ella y encerrada en un mundo que no me gusta, grito detrás de este cristal por si alguien me escucha al otro lado.
Por si alguien me encuentra y quiere ver como yo lo sueño.
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